martes, 3 de mayo de 2016

"Trámites que conlleva el asunto"

Mi situación actual no es otra que el de una pobre, en el sentido más literal de la palabra, estudiante que tiene ganas de irse a vivir al monte y alejarse de cualquier civilización consumista basada en las apariencias, a la que por supuesto va unida un gobierno que cobra por todo. 

Algo denunciable del sistema educativo son las tasas que debemos pagar para poder adquirir el certificado de Bachillerato, al igual que las tasas obligatorias para poder hacer Selectividad. 
Una es cuanto menos peor que la otra. 
Lo primero, el certificado de Bachillerato, es un documento firmado por el rey (ya me vas a decir qué le importa al rey si yo he estudiado o no) que acredita mis notas y mi aprobado. Es, desde luego, una forma más de impuesto que se justifica por los "trámites que conlleva el asunto". Sin ese papelucho no tengo ninguna prueba de mi titulación de bachillerato. Los dos años (o más) empleados en tal hazaña quedan resumidos en un papel con unas cuantas frases que las firma alguien desconocedor de mi existencia. Estamos hablando de 52,52 €, ni siquiera un número redondo. No son suficiente los 52€, 52 céntimos también son necesarios. 
Pero bueno, el rey es una persona súper importante que tiene que estar al tanto de todos los certificados y por eso los firma todos y cada uno de ellos individualmente, delineando su rubrica de una manera personal y artística en cada uno de los papeles. ¡Claro que los firma él! ¿Copias unas de otras? Por favor, ni que todos fuésemos iguales frente al gobierno. 

Y ahora, las tasas de Selectividad. 
Primero voy a hacer una introducción de lo que es Selectividad (sáltate esta parte si sabes de qué va porque es realmente un coñazo)
Es, de forma objetiva, un examen que han de hacer todos aquellos alumnos que quieran cursar una carrera en la Universidad. Consta de dos partes, la fase general (se evalúan conocimientos de Lengua, Historia de España/Filosofía, un primer idioma y una asignatura más a elección del alumno) y la fase específica (en la que se incluyen las asignaturas propias de cada modalidad de Bachillerato). 
Es, desde mi punto de vista, una manera de limitar el conocimiento (como si el precio de las matrículas no fuese ya suficiente límite), un examen en el que nos tratan como números y en el que pasan por alto todo el esfuerzo, tanto académico, como personal y económico, que hacemos los adolescentes para llegar a ese punto. 

Según la página oficial de la UMA (Universidad de Málaga), cada alumno que va a hacer Selectividad debe pagar 58,70€ por la fase general, más 14,70€ por cada asignatura de la fase específica hasta un límite de. En resumidas cuentas, que o tienes pasta u olvídate de la carrera. 
De nuevo todo se justifica con "trámites que conlleva el asunto", cuando en realidad estamos pagando y sangrando por algo que debería ser totalmente gratuito, que debería estar excluido de cualquier tipo de impuesto, tasa y certificados real: la educación. 


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