lunes, 9 de mayo de 2016

Del conocimiento al adoctrinamiento

Antes de seguir leyendo, quiero dejar clara una cosa.
No estoy en contra de ninguna religión, ningún dogmatismo ideológico ni en contra de ninguna relación que tenga que ver con un Dios.
Eso si, tengo mi punto de vista que no suele coincidir con el de la gente que tengo alrededor.
Pero no soy intolerante, no lo soy ni lo he sido nunca.

Hecha esta pequeña nota, hoy vengo a argumentar por qué defiendo una educación desligada de la religión.
En primer lugar, voy a hablar de los colegios que siguen una normativa religiosa.
Si es un colegio que sigue unas creencias muy rígidas, normalmente suele alterar el temario impartido en las aulas en función de sus creencias. De hecho, tuve un profesor que había vivido la siguente experiencia: no pudo explicar el heliocentrismo de Copérnico en un colegio de creencia religiosa extremista porque la dirección así lo impuso, sin dar ningún razonamiento. Argumentar esta decisión sería meterse en una cuestión moral, educativa y legal difícil de explicar.
La mayor parte de estos colegios también hacen una distinción a la hora de organizar las clases, es decir, dividen las clases en chicos y chicas (y pobre del que atreva fisgonear en el recinto del sexo opuesto). Este hecho a veces ni siquiera tiene algo que ver con que sea un colegio religioso o no, pero sigue siento el mismo "delito" social. La distinción de sexos es algo totalmente retrógado que, en la sociedad actual, no tiene ni pies ni cabeza. La sociedad de hoy en día está configurada de manera que ambos sexos viven unidos, mezclados, bajos las mismas leyes, las mismas obligaciones, los mismos derechos y los mismos deberes. ¿Cuál es la posible ventaja de dividir las clases en chicos y chicas? ¿Cual es la diferencia entre ambos? ¿Acaso reciben una educación distinta basada en unas normas morales diferentes?

La educación religiosa es, desde mi punto de vista, someter y limitar el conocimiento a un dogmatismo y coloca a los creyentes en un escalón menos respecto a los que hemos recibido educación pública, en cuanto a conocimiento, aptitudes y desarrollo social.

Por otro lado, voy a hablar sobre la asignatura de "Religión" en los colegios públicos.
Hablando claro, y con la experiencia de haber estudiado en colegios públicos que impartían esta asignatura, en "religión" no se da religión. Siempre se ha tomado como una asignatura comodín en la que se hacen deberes o trabajos, se ponen películas, se habla con los amigos sobre cosas varias o se deja el tiempo pasar, simplemente.
Además, considero que la religión debería limitarse a ser practicada en el ámbito privado, en casa, en familia; no en el instituto o en el colegio.
Estaría muchísimo mejor que  la asignatura de religión fuese "Historia de la religión" y la impartiesen personas preparadas para ello, no orientadas a ninguna doctrina religiosa y que tengan, como objetivo principal ofrecernos cultura. En Bachillerato la quitaría directamente, ya que por alguna razón que no logro comprender, no tenemos ninguna hora semanal de "Tutoria", por lo que los problemas de clase, los conflictos, elegir delegados dar comunicados u organizar cualquier tipo de evento escolar, ocupa la asignatura que toque, y eso con la esperanza de que no estemos desdoblados.

Hay quien me responde diciendo "que cada uno crea en lo que quiera y ya está". Pero no, esa no es la respuesta. Por supuesto que cada uno puede seguir la religión que sea pero limitándonose al ámbito privado, yendo a misa los domingos y rezando por las noches, practicando el Ramadán y haciendo la fiesta del cordero, celebrando el Hanuká o invocando a los dioses de la cultura clásica. Eso no tiene importancia.

Lo que importa de verdad es que esa religión no cruce el límite, y en lugar de enseñar, empiece a adoctrinar.

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